19 maio 2009

Anomalías

Frente a la idea del nacionalismo español de que el gallego, o cualquiera de las otras lenguas “periféricas”, son una anomalía en un país “naturalmente” castellano –al que, inexactamente, llaman español, como si las otras lenguas no lo fueran también-, frente a la idea de que las lenguas autonómicas, diferentes de la “nacional”, son un capricho de independentistas fascistoides, lo que yo considero verdaderamente anómalo es que haya gallegos que no quieran que el gallego, hablado con normalidad por más del 60% de la población en Galicia, no sea una lengua presente en la educación, en la administración o en la vida pública en igualdad -por lo menos- con el castellano. Y cuando digo derechos, no me refiero a algo nominal, sino a la posibilidad real de vivir íntegramente en gallego: no soy capaz de entenderlo. Han pasado ya muchos años de democracia, y sigo sin ser capaz ni de planteármelo; no entiendo que las abuelas, a estas alturas, sigan hablándoles castellano a sus nietos, aislándolos, como en cuarentena, de escuchar el idioma de los “pailanes”.
Esto sí que es una anomalía.
¿Podremos invertir esta situación? No lo sé, la verdad; en poco tiempo ya ni las abuelas hablarán gallego.

13 maio 2009

A contrapié

Lejos de aprovechar los años que lleva en el congreso en Madrid, el BNG se ha dedicado a hacer discursos erráticos y a sacar poco partido real de su situación de "bisagra"en el parlamento estatal, no digamos de sus coaliciones en Galicia. Pero, sobre todo, no ha convencido a nadie de que tiene un proyecto serio y que le puede plantar cara, políticamente, a cualquiera. Comparen vds., sin ir más lejos, la prestancia de Duran i Lleida con la insignificancia de un Jorquera opaco, sin brillo.
Pues bien, sería bueno que el BNG supiera aprovechar las oportunidades que, por el momento, le brinda su situación insitucional -digo por el momento por que la marginalización empezará a partir de las municipales, al tiempo- para convencer a los gallegos de que pueden gobernar por que saben hacerlo y por que proponen medidas entendidas y compartidas por la ciudadanía, a "clase traballadora" e as outras, que también son de Dios.
Ayer, mientras el resto de partidos con posibilidades de gobernar, a nivel estatal o autonómico, se esforzaban en trenzar un discurso orientado a aportar soluciones para paliar los efectos de la crisis, al santo de Jorquera lo que se le ocurre es pedirle a ZP que garantice el respeto al gallego, pobriño del, perseguido en su nazón. Saben de mi compromiso con la lengua gallega; conocen mi explícita defensa de la normalización lingüística entendida como discriminación positiva, de ahí que entenderán por que digo esto: ¡no es el momento!. ¿¡No se darán nunca cuenta!? ¿No serán capaces, ni siquiera de intuir, el mecanismo que opera en el gallego medio, que vota a Feij009 y se traga la bazofia de Galicia Bilingüe? Hagan un ejercicio de responsabilidad política y presenten medidas contra la crisis. Vds., que tienen economistas brillantes entre sus filas, asuman entonces ese compromiso, hagan pedagogía, pero sean realistas, trabajen para lo que la ciuidanía pide y necesita, y ella sabrá recompensarles (electoralmente, digo, no con trajes del Milano). No se empeñen en decirle a los paisanos, a los profesionales lo que tienen que hacer o pensar, no caigan de nuevo, en el mismo error.
Desde luego que el gallego se muere, desde luego que este domingo todos tenermos que salir a al calle. Pero el Debate del Estado de la Nación es otra cosa. Céntrense, por Dios.

12 maio 2009

La corbata y los Ducados

Llevo varias entradas intentando inteligir lo que se cuece en el nacionalismo gallego, sin éxito, como han podido constatar, pero insistiendo en la necesidad de una profunda reorientación de su mensaje político. Desde luego, ese posicionamiento debe fundamentar la acción política de un partido -vale, o una "fronte"- pero no es el único polo sobre el que debe pivotar su actividad. H e hablado aquí sobre otros aspectos, claves en el terreno político, puesto que conforman su praxis esencial y deben estar supeditados a una estrategia de penetración -en el caso del BNG también de permeabilización- en el electorado. Estos aspectos de gestión, casi diría, en términos puramente empresariales y anglosajones, de management, aunque no son suficientes, sí se antojan como necesarios, y cuestiones como el posicionamiento de la marca (política), la imagen que se proyecta, el tono del discurso, etc -en el blog de Fermín Bouza pueden conocer mejor, de la mano de un experto, todos estos resortes- resultan imprescindibles a la hora de afrontar cualquier cálculo político. Todo esto debería formar parte de una estructura conceptual que, bien cimentada, debería actuar como coadyuvante del contenido político, económico, social que tenga por fundamento una organización política. Pensar en otros términos, renunciando a toda esta "mercadotecnia política", es respetable, faltaría más, pero ajeno a cualquier tipo de enfoque realista de la política y de la democracia participa occidental, con los matices que, obviamente, puedan aplicar.
Esto viene a cuento, de nuevo -reconozco mi neurosis, no teman- por la elección de Guillerme Vázquez como Voceiro Nacional do BNG. Este señor, con todos mis respetos -líbreme Dios de negar su capacidad intelectual, de trabajo, su honestidad política, su compromiso-, ni por su ética ni por su estética puede ni siquiera plantearse de una manera seria alcanzar unos resultados, no ya solventes, sino mínimanente representativos. Con este señor, que no tiene carisma, no engancha, con estética de profesor de secundaria el BNG no llegará ni siquiera a contar en las encuestas, desaparecerá de los mapas.
Digo, entonces, volviendo a lo que me traía aquí, y siguiendo el post anterior: si ideológicamente el nacionalismo gallego diseña políticas para la prole de la máquina de vapor mientras lo que se discute aquí es cuando llegará el AVE a Galicia, y, por tanto, desecha cualquier posibilidad de anticiparse la debate de ideas, ¿dónde está, por lo menos, la renovación de rostros? ¿Dónde está el recambio gerenacional, la ilusión? ¿Para qué ha servido entonces este congreso?
En resumen, ¿piensa la militancia del BNG que este Sr. era lo mejor que les podía pasar? LLega el verano, y la pana da demasiado calor; y el Ducados cuesta ya como el rubio, así que nos pasaremos al Malboro.

10 maio 2009

Camiño da abstención

Abstención é a palabra que mellor define o meu estado de ánimo, político, quero dicir. Xa o decidira prácticamente –revisen os meus posts anteriores e poderano confirmar- pero a preferencia da militancia do BNG despexou as mínimas dúbidas que me puideran quedar: a nova "xeira", no canto de afondar na moderación e nun discurso realista e atractivo, xira de novo arredor da “emancipación nacional” como así o expresou textualmente o novo Portavoz nacional no seu discurso de "investidura", nin máis nin menos.
Pese aos esforzos do inxustamente defenestrado Quintana, que, sobre o temón que deixara un Beiras moito máis centrado que agora, verdadeiro precursor dun BNG moderno e con imaxe de goberno –por moito que agora tente o suicidio colectivo-, tentou imaxinar un BNG que se afastara desa imaxe reactiva e antisistema, proxectando un partido progresista, aberto a diferentes sensibilidades, e que apostara por unha estratexia política realista, a militancia do BNG decidiu onte, sen paliativos, Galiza Ceibe e Poder Popular.
Acabou a pouca esperanza que quedaba. Acabou a ilusión -nunca mellor dito- dun BNG alonxado de maximalismos ideolóxicos, centrado nos problemas da cidadanía, da "traballadora" e da outra (seica que non todos traballamos na Galicia?); afastada desa nomenclatura ("frontismo", "interclasismo", "sobernismo" e demáis "ismos") que arrepía ao persoal; dun partido -sí, partido!- con solucións concretas fronte a crise, o modelo produtivo, a estrutura do mercado laboral, ben razoadas e moito mellor comunicadas. Acabou o soño dun partido progresista galego feito á medida dun pobo desafecto, sen líderes.
A cousa está tan clara, cae tanto polo seu propio peso, é tan obvio, houbo tantas análisis, que non ven ao caso seguir comentándoo. Só queda velos desfilar polo barranco: mentras, a terra quere pobo.